Depósito de combustible, tanque para almacenar gasolina

Depósito de combustible, tanque para almacenar gasolina

El depósito de combustible o tanque de combustible es un recipiente que contiene líquidos inflamables, tales como la gasolina o el diésel. Este tanque está formado por un depósito, pieza que se encarga de contener el combustible, un sistema de mangueras que conduce el líquido inflamable, y un depósito de carbón que controla los gases con el sistema de admisión de aire.

El tanque de combustible está diseñado para optimizar el funcionamiento del vehículo, asegura el almacenamiento del combustible y permite surtirse sin riesgo de generar chispas. Además, también almacena los líquidos, evitando la evaporación para luego conducir el combustible al riel de inyectores o carburador, eliminando las impurezas presentes en el líquido

Problemas comunes en el depósito de combustible

Si el tanque está funcionando de manera correcta, el coche estará en su mejor rendimiento, pudiendo obtener el máximo provecho. Un problema frecuente es que nuestro vehículo se ahogue y pierda fuerza. Cuando el coche comienza a perder potencia es probable que el problema esté en el depósito de combustible. 

Aunque esta situación es muy parecida a la producida por las bujías, podemos comprobar que es un problema del depósito de combustible subiendo con el coche por una cuesta pronunciada.

Otro indicio de problemas en el depósito de combustible es un retraso en la aceleración del coche. Por lo general, este problema dura unos pocos segundos y el vehículo acelera de nuevo con normalidad. 

Otro posible fallo que se puede producir es que el tanque tenga una fisura y entre agua. Si esto pasa el coche verá afectado su funcionamiento, incluso perderá potencia. Si esto ocurre, puede que el motor no arranque o estando en marcha se apague de manera repentina. También puede ocurrir que se exija más aceleración, más fuerza sobre el pedal porque se le está inyectando agua al motor en vez de gasolina.

Mantenimiento del depósito de combustible

El mantenimiento del tanque de combustible es un proceso externo. Consiste en limpiar a fondo el depósito para evitar daños en la bomba, de esta forma nos aseguramos que el motor funciona de manera óptima y eficiente, consumiendo el combustible de manera adecuada.

En primer lugar, hay que vaciar el tanque de la gasolina en un recipiente, para limpiar el óxido y los residuos de la parte superior del depósito. Luego se procede a retirar la bomba de la gasolina y se eliminan los residuos restantes, de esta forma podemos acceder al tanque en su parte interna para limpiarlo con jabón y agua. Por último, secamos el tanque con aire comprimido e inspeccionamos con minuciosidad para detectar otros fallos o fisuras.

Este tipo de limpieza logra economizar el consumo del combustible, mejora el rendimiento del vehículo y alarga la vida útil del sistema de combustible. 

Otro aspecto importante, sobre el depósito de combustible es no dejar que se vacíe el tanque completo, es necesario repostar antes. El combustible hace un efecto de protección del tanque, manteniéndolo a una temperatura adecuada, por lo que si llega a su nivel mínimo se forzará el funcionamiento del coche.

 

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